Premi d'adquisició 2019Col·lecció Cañada Blanch 6a edició La elocuente relación entre lo temporal e intemporal en el objeto artístico es, en cierto modo, su eternidad. Todo arte es fiel al tiempo, per se. Lo reclama como tema y lo solicita, de modo perentorio, para poner en práctica la totalidad de sus significados y experiencias en su condición de perdurabilidad y de sosiego. La cuestión abre, al menos, tres vías de aproximación. En primer lugar, la misma noción de temporalidad que definiría toda obra de arte y, en segundo lugar, los distintos modos en que se podría tematizar o representar la noción de tiempo. Por último, objetivo fundamental que intenta poner de manifiesto la exposición, la necesidad de una voluntad contemplativa en el espectador, cuyo ejercicio se inscribe en la vivencia de un tiempo sereno frente a la inquietud del tiempo fugaz y consumible. Con todo, la muestra expositiva fija como prioritario requerir el protagonismo de esta última condición: anteponer un tempus quietare a un tempus fugit.