Cada vez nos acercamos más a la Sociedad transparente que auguró Brin en 1999. Una sociedad en la que todas nuestras acciones quedan registradas en los más variados dispositivos: cámaras, servidores de Internet, cuentas de correo electrónico, registros de llamadas telefónicas. Las nuevas tecnologías digitales en su actual estado son ya de facto sistemas de espionaje.