En Soria existe un bloque de sesenta viviendas sociales construidas en los años 50, propiedad del Ayuntamiento, y que actualmente se encuentran bastante deterioradas. Los vecinos han sido “invitados” a abandonar estas casas, porque el Consistorio de la ciudad tiene otros proyectos urbanísticos, posiblemente especuladores, para estos terrenos. Tres familias, integradas por personas de avanzada edad, se han hecho fuertes en las tres últimas viviendas y se resisten a abandonarlas, causando un conflicto de difícil solución entre ambas partes.