La fabricación aditiva permite una alta personalización y una producción bajo demanda, lo que elimina la necesidad de stocks. Esto reduce el impacto medioambiental en la producción y, por tanto, a nivel de sostenibilidad nos aporta diversas ventajas. La impresión 3D puede tener cabida en prácticamente cualquier aplicación industrial como en automoción, en electrónica o en aeronáutica, pero también tiene una alta demanda en el sector médico.